lunes, 30 de junio de 2008

Somos creativos, a falta de paisaje

Rosario tiene lindas minas y buen fútbol. ¿Qué más puede pretender un intelectual?. Esa es mi respuesta cada vez que me preguntan por qué vivo en Rosario. Hecho que, por otra parte, no es demasiado curioso. Un millón doscientas mil personas han tomado la misma determinación.


Lo de las mujeres, señores, es destacable. Más de una vez pensé, y hasta lo propuse, que si había que hacer una campaña publicitando Rosario como destino turístico, a falta de mar, picos nevados o juegos de azar, teníamos que hacer hincapié en lo de las mujeres. Considerando, además, que ya pasó aquel momento brillante de la ciudad, cuando se proclamaba Capital Mundial de la Prostitución y miles de turistas llegaban a la Chicago Argentina en busca del luminoso barrio de Pichincha. Momento que, por lógicas razones cronológicas, no pude vivir, lo que me recuerda aquella frase de Woody Allen: "Yo me perdí la Revolución Sexual por dos meses". Admito que nunca encontré una frase impactante para mi propuesta publicitaria. La fellinesca"Rosario, la ciudad de las mujeres" suena un tanto obvia y sin gracia. "Rosario, Capital Nacional de la Potra", rotunda y aceptada rápidamente por la vulgaridad de mis amigos, era sin duda burda y bastante peyorativa hacia el género femenino. Buscar algo en torno a "loba", nos hubiera emparentado demasiado con Roma. La idea quedó en la nada.




Este impulso mío de resaltar la belleza de las mujeres locales se contrapone, paradójicamente, con una inquietante y reveladora teoría que estoy por lanzar en breve mediante mi ensayo Somos todos feos. Sostengo allí, valientemente, que el 90% de los seres humanos nos dividimos, estéticamente, entre normales, feos y horribles. Solo hay, lo lamento, un 10% de bellos, que son aquellos a los que se les paga por su condición de hermosos, aparecen en las tapas de las revistas, desfilan en las pasarelas y brindan sus nombres a perfumes costosos. No se les exige decir frases ingeniosas, pensar o emitir opiniones profundas. Sólo se les reclama que sean lindos. Cuando se generaliza diciendo "La mujer brasileña es bellísima" o "El hombre argentino es muy buen mozo", se habla, duro es admitirlo, de un 5% de nuestros habitantes. Pero toda teoría tiene su excepción, mis amigos. Y debo aceptar que la mujer rosarina (como la de Cali, Colombia) está muy pero muy buena. Rebuena, dirían los chicos. Y aquí también arriesgo un par de explicaciones a tal fenómeno natural. Primero: la soja. Esta leguminosa (hoy por hoy alimento estrella a nivel mundial) es la base nutricia de la mujer rosarina, la que la hace más sólida, más maciza, más protuberante y más sabia. Segundo: la pendiente de la ciudad hacia la costa. Desde la época de las lavanderas, nuestras señoras han debido bajar hacia el río, descender hacia el Paraná por calles empinadas como Laprida o Rioja, lo que las obliga a echarse hacia atrás buscando el equilibrio, comprimiendo los glúteos, tensando los músculos del estómago y sacando pecho, para sostener, además, el canasto de ropa sobre sus cabezas. Los resultados están a la vista, mis amigos, aunque no todos al alcance de la mano. Usted no puede darse vuelta a mirar a una señora en la peatonal Córdoba porque se pierde. Se pierde la que viene de frente. La exaltación de las mujeres, asimismo, se entronca en el recurso rosarino de defender la ciudad rescatando el paisaje humano ante la moderada oferta de atractivos geográficos mayores. Seamos realistas, el Paraná boca arriba (como poetizó Pedroni) es enorme, pero no es el mar y alrededor no tenemos ni siquiera mansas serranías, como Córdoba. Entonces, cada vez que el rosarino habla de Rosario, menciona nombres y apellidos: el Che Guevara, Olmedo, Fito Paéz, Baglietto, el Gato Barbieri, etc. etc. etc. Por ahí va la cosa. Más que nada por el lado de la Cultura. Y sobre la cultura rosarina siempre hay una mirada curiosa, desde otras latitudes. " ¿Por qué en Rosario se produce un movimiento cultural tan grande?", suelen preguntarme periodistas porteños, por ejemplo, que llegan a Rosario y no encuentran lugar en los hoteles, copados por un miniturismo atraído por la oferta de teatro y espectáculos musicales, cuando no congresos o simposios. "Porque en Rosario no hay otra cosa para hacer" contesto yo, medio en serio, medio en broma. Lo que no es absolutamente cierto, pero que algún viso de realidad tiene. Las ciudades turísticas no se caracterizan por generar cultura. En Bariloche, digamos, la gente tiene puesta su energía en alquilar esquís, elaborar chocolate, ahumar ciervos y ofrecer perros San Bernardo con los cuales sacarse fotos. En Mar del Plata la energía recaerá en ofrecer barcas para pescar tiburones, organizar un Bikini-Open, fritar cornalitos y vender choclos en Punta Mogotes. Siempre me pregunto "¿Cuántos escritores dio Las Vegas?". Debe darse, además, en ciudades como Rosario, un condimento de contagio. "Si de acá salió Fito -se preguntará algún pibe, como el mío, que toca el bajo- y salió Baglietto y salió Litto Nebbia.¿Por qué no puedo salir yo?". Los proyectos artísticos no suenan, entonces, tan descabellados. Como nadie se asombra en Rosario si un pibe apunta para futbolista profesional. Todos conocemos varios, hijos de amigos, sobrinos o conocidos que ha aparecido en las inferiores de Ñuls, Central o Renato Cessarini. En definitiva, Rosario es como una Buenos Aires más chica, afortunadamente más chica y con muchos menos habitantes. Soy, lo confieso, uno de los tantos rosarinos que anhelan, egoístamente, que no seamos millones. Nadie ha podido explicarme cual es la ventaja de ser muchísimos, dónde radica el beneficio de ser como San Pablo, o ciudad de México, exagerando. Rosario es una ciudad de inmigrantes, marcadamente italiana, más tanguera que folclórica, más comerciante que colonial, que busca un perfil identificatorio a través de lo que hace y produce, Pero claro, nuestra proximidad con Buenos Aires a veces nos mimetiza con ella. Hablamos como los porteños, el tango nombra a San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo pero ignora el Monumento a la Bandera, no tenemos un cantito como cordobeses, tucumanos o santiagueños y todo esto, en ocasiones, nos acompleja, nos hace pensar que no somos diferentes ni reconocibles o que nos falta una personalidad clara y avasalladora. En verdad, nunca me desveló ese tema. "El estilo es la insistencia" dijo alguien. Y es ocioso sentarse a esperar un estilo. Poco habría producido yo si, antes de empezar a dibujar, hubiese pretendido definir mi estilo. El estilo aparecerá con el correr del lápiz. A mi juicio la identidad, como el movimiento, se demuestra andando. Con una buena cuota de creatividad. Rosario es una ciudad de creativos, mis amigos. Por algo Belgrano, para crear la bandera, eligió Rosario.




Roberto Fontanarrosa

Porque dentro de menos de un mes, se cumple un año de la ausencia de este genio !!

Nai-

6 comentarios:

Facundo Cornejo dijo...

Hola Nai, ¿cómo estás? Espero que bien!

Bárbaro que hayas decidido compartir las palabras de un verdadero grande como Fontanarrosa. Que, a colación de el autor de esas palabras, ya falta poquito para que se cumpla un año de su ausencia. Y leí que iban a realizarse varios homenajes. Incluso los colectivos de tu ciudad van a llevar dibujados los personajes que creó el genio.

Y coincido con lo que dijo. Rosario es la ciudad de las mujeres más lindas. Basta simplemente con recorrer la ciudad (que tuve la suerte de conocer el verano, estuve dos días aunque sinceramente me hubiera encantado quedarme una semanita por lo menos, espero volver prontito y dicho sea de paso, poder compartir un café, unos mates o porqué no, una cervecita con vos). Y sin ir más lejos, un claro ejemplo de la belleza rosarina es la dueña de este rinconcito del alma. Sin dudas quienes también visitan este blog van a coincidir conmigo.

Rosario es también una ciudad cultural. Basta con leer las páginas de algún medio rosarino o algún suplemento (Rosario/12) y ver las diversas actividades y eventos que tienen lugar allí.

Y si no es la ciudad más futbolera de la Argentina, pasa raspando.

Lo más lindo de todo es el orgullo que tenés de ser rosarina. Y es algo lógico, uno siente orgullo de la gente que quiere y del lugar donde vive. Así como estoy orgulloso de ser porteño.

Me gustó mucho el post. Y al leer las palabras del Negro, dan ganas de volver y poder conocer bien esa bonita ciudad.

Espero que andes bien. Como siempre, muy lindo tu blog, tu espacio para expresarte.

Y la quiero mucho =)

Un beso!

Anónimo dijo...

hey, vengo del blog de maggie, una vez fui a rosario a ver a boca contra central y tengo que darte la derecha con el tema de las mujeres, no lo podia creer, una mas linda que la otra pero maaaal, onda divas, ufff que recuerdos.
Lo del Negro un bajon, mi viejo me inculco leer a Inodoro Pereyra, Boogie el aceitoso y otros cuentos y la verdad que me rompio la cabeza. Un beso, muy buen blog.
Si te gustan las historias de bomberos pasate por el mio www.firefightertales.blogspot.com

Unknown dijo...

A CAMBIAR LA FECHA en Argentina !!!
De ahora en más
EL DIA DEL AMIGO acá tiene que ser
el 19 de JULIO

Saben porque festejamos el 20 de julio el dia del amigo?

Si 'amigos' ... otra vez faltos de identidad, compramos historias ajenas.


El 20 de julio es la fecha en que los yanquis llegaron a la luna.


Qué tal si proponemos cambiar el día del amigo al 19 de Julio en homenaje al Negro Fontanarrosa ?

El Negro en un reportaje dijo que no entendía a esa gente
que decia: 'ojala que la muerte me agarre dormido...'
Porque pensaba que era un acontecimiento demasiado relevante como para perdérselo. Así honraba la vida.

Honrémoslo nosotros con este gran homenaje.

Nadie más amiguero que él, que nos hizo pasar tantos momentos felices,
emocionarnos, reírnos y reflexionar. Eso es para lo que sirve un amigo.

Si ustedes la envían a sus amigos de a poquito
seremos millones los que proponemos cambiar la
tontería de celebrar el día que el hombre llegó a la luna,
por algo que significa mucho más para los argentinos.

NO LES PARECE MEDIO RIDÍCULO SEGUIR CELEBRANDO
EL DIA DEL AMIGO CUANDO LOS YANQUIS LLEGARON A LA LUNA???


A ver... dígame Mendieta... ¿qué tiene que ver la luna con los amigos...?
No sé Don Inodoro, pero Usted tiene tantos amigos que viven en la

luna...



Totalmente de acuerdo!..pasalo

Te dejo mi correo escribime anpa00@hotmail.com

Unknown dijo...

Nai hace tiempo k vengo siguiendo ti blog y hay cosas k me gustan mucho te mando esto a ver que opinas y mi dir de correo anpa00@hotmail.com
Unbeso tqm.

A CAMBIAR LA FECHA en Argentina !!!
De ahora en más
EL DIA DEL AMIGO acá tiene que ser
el 19 de JULIO


Saben porque festejamos el 20 de julio el dia del amigo?

Si 'amigos' ... otra vez faltos de identidad, compramos historias ajenas.





El 20 de julio es la fecha en que los yanquis llegaron a la luna.



Qué tal si proponemos cambiar el día del amigo al 19 de Julio en homenaje al Negro Fontanarrosa ?

El Negro en un reportaje dijo que no entendía a esa gente
que decia: 'ojala que la muerte me agarre dormido...'
Porque pensaba que era un acontecimiento demasiado relevante como para perdérselo. Así honraba la vida.

Honrémoslo nosotros con este gran homenaje.

Nadie más amiguero que él, que nos hizo pasar tantos momentos felices,
emocionarnos, reírnos y reflexionar. Eso es para lo que sirve un amigo.

Si ustedes la envían a sus amigos de a poquito
seremos millones los que proponemos cambiar la
tontería de celebrar el día que el hombre llegó a la luna,
por algo que significa mucho más para los argentinos.

NO LES PARECE MEDIO RIDÍCULO SEGUIR CELEBRANDO
EL DIA DEL AMIGO CUANDO LOS YANQUIS LLEGARON A LA LUNA???


A ver... dígame Mendieta... ¿qué tiene que ver la luna con los amigos...?
No sé Don Inodoro, pero Usted tiene tantos amigos que viven en la

luna...

Anónimo dijo...

Holaaa
primero que nada gracias responder mi comentario que deje en tu post sobre movimientos estudiantiles, se agradece la retroalimentación.
Como soy chileno y todavía no visito argentina, poco se de Rosario, habia escuchado que era ciudad de las más lindas mujeres, y que sus habitantes en mayoría eran de origen italiano, pero más allá de eso nada, con lo que cuentas ya está dentro de mi agenda, cuando visite la Argentina.
Busque fotos en la red y quede impresionado con su arquitectura.

Muchos saludos desde el norte de Chile

Anónimo dijo...

bueno, independiente de que la ciudad sea grande o no, sea pobre o rica, o tenga mucha gente o no, o su arquitectura sea llamativa, lo que hace importante a una pueblo/ciudad es su gente, es decir sus modos de relacionarse entre si, con sus caracteristicas particulares, porque de allí derivan sus productos culturales, por lo que dices el brillo de Rosario esta en su enorme producción de movimiento cultural, lo cual puede dar cuenta de una manera particular de ver la vida por parte de los Rosarinos, quizá menos concentrado en asunto triviales. Sin duda somos nosotros las personas las que hacemos la historia de nuestros lugares, somos los forjadores de historia, de la identidad por ende del futuro.
Eso quería agregar.
Muchos Saludos
Marcelo, el chileno del post anterior.