lunes, 14 de abril de 2008

Estoy tratando de conseguir la obra impresa de este autor, si bien ya he leído bastante de él en internet. Me interesa mucho; es muy agudo e inteligente, gracioso e irreverente (si no me creen, lean el texto que sigue, todas estas cualidades están desparramadas en las siguientes letras).


M'hijo el dotor
Hernán Casciari


De todos los oficios, el que más me repugna es el de los abogados. Se me hace cuesta arriba entender cómo es posible que todos los abogados no estén presos. Si este mundo fuera realmente justo, debería haber jaulas a la salida de la Universidad de Derecho. Cada vez que salga un jovencito recibido de abogado, con su toga ridícula y su diploma enrollado, habría que cerrar con llave la jaula y mandarlo al zoológico. Que me perdonen las focas.

La Justicia tiene un bache gigantesco, una tara de nacimiento, por la que le resulta imposible funcionar correctamente. Siempre, en un juicio, habrá un abogado que miente. Siempre habrá uno que sabe la verdad e intenta disfrazarla de otra cosa. Siempre habrá uno que, por dinero, tiene permitido mentir y falsear la realidad. Cuanto mejor sea un abogado en su oficio, más personas dirán de él: “qué hijo de puta”.

Y aquí nace el error de ciertos oficios, creo yo. Cuando el mejor en algo es, al mismo tiempo o por eso, el peor, tenemos un problema. Y si la base de la justicia humana recae en uno de estos oficios, si quienes dictan sentencia inapelable son los peores seres humanos de un grupo, entonces el problema es un problemón.

Hay únicamente dos clases de oficios en el mundo: los que ya existían cuando éramos inocentes, y los que no. En un mundo inocente habría payasos, putas, ebanistas, dibujantes y panaderos. Y no habría (por innecesarios) ni policías, ni abogados, ni árbitros de fútbol, ni políticos populistas.

Aquéllos oficios, los nobles, están ligados a nuestras necesidades básicas; éstos, en cambio, surgieron por culpa de la degeneración, de la trampa y del caos. Los impuros son oficios que están aquí no desde siempre, sino desde que el mundo es una mierda.

Cuando éramos inocentes necesitábamos reír, comer, sentarnos, viajar, soñar y que nos chuparan la pija. Y por eso teníamos payasos, panaderos, carpinteros, caballos, músicos y putas. No hacía falta más. ¿Qué pasó entonces? Posiblemente ocurrió el primer conflicto. No sabemos cuál, pero podemos imaginarlo. El payaso hizo un chiste que ofendió al carpintero. O el panadero le vendió al músico medio kilo de pan diciendo que eran tres cuartos. O la puta no quiso acostarse con el caballo. Algo de eso.

Entonces nació el abogado: un tipo que debía decir quién tenía razón. Claro que, en los oficios nobles, cada actividad o servicio tuvo siempre una paga. ¿Cómo le pagaríamos al abogado por su trabajo? O mejor, ¿quién le pagaría? Se decidió entonces que el que más tenía más pagaba. No hubo tiempo para llamarle a esa práctica soborno, porque el que más pagaba eligió llamarlo Justicia.

Cada vez que veo o escucho a un abogado me da asco. No puedo evitarlo. Y me preocupa mucho ver de qué manera nos acostumbramos (por una cuestión cultural, por una cuestión de pereza mental) a no objetivizar la vida. Nos parece normal que todo sea así. A nadie le pone los pelos de punta saber que estamos en manos de unos tipos que cobran por mentir, que deciden si vamos presos o no, que deciden casi todo con argumentos rarísimos, con palabras inventadas, con leyes que no tienen sentido y que impulsaron sus abuelos, que también eran abogados o políticos (un político es un abogado más viejo).

Tengo la impresión de que hay un porcentaje mínimo del mundo que está enfermo. Gente ruin, equivocada y manipuladora. Pero lo que más me causa espanto es que el resto mira el circo casi desde la costumbre ancestral, casi desde la resignación, casi de acuerdo.

Los oficios ruines nacen y se reproducen en el seno de la gente ruin, con el objeto de salvar a la gente ruin. Los demás (la gente serena, la gente pobre; la gente) puebla el mundo con el secreto designio de cumplir una condena injusta.

El oficio de puta es necesario. Tanto, que es el primer oficio que se recuerde. El oficio de puta es noble y no le hace mal a nadie. El oficio de policía es innecesario, es post-degeneración, es turbio. Entonces, el policía se mete con la puta, la encarcela, la acosa, le dice chupame y te dejo ir. Nos parece normal.

El abogado defiende mejor al que mejor le paga. El árbitro le saca amarilla al delantero habilidoso que se tira en el área. El diputado sólo recuerda al votante rico y hunde al pobre en la rabia silenciosa. Nos parece normal.

Mi vida, desde el principio, estuvo ligada a la abogacía. Cuando yo era chico, todos me recomendaban ser abogado por dos razones. La única universidad que existía (y existe) en Mercedes forma estudiantes de derecho. Eso por una parte. Y por la otra, todo el mundo descubrió temprano que yo había nacido con la ambigua capacidad de engañar, de convencer a la gente sobre cualquier cosa.

Y tenían razón. Yo habría sido un gran abogado. El más hijo de puta de todos. El más respetado, el que más culpables ricos habría salvado de la cárcel, el que más inocentes pobres habría metido en prisión. Un gran abogado, sí señor. Una mierda de persona. Hasta tendría un chalet con pileta, un auto grandote.

Pero gracias a dios, para cada oficio espurio hay uno noble. Incluso si tu talento en la tierra es el de mentir. Yo por ejemplo elegí contar cuentos y decir públicamente barbaridades sin importacia. Si mi talento hubiera consistido en correr atrás de una pelota, tambien tendría una opción correcta y otra incorrecta: mediocampista o árbitro. Y así podríamos seguir toda la tarde: payaso o político, carpintero o banquero, primera dama o puta.

No sólo eso. He descubierto no hace mucho que mis amigos verdaderos, todos ellos (no son muchos) practican oficios nobles. No tengo un solo amigo que desarrolle una actividad post-degeneración. Ni uno. Y me siento feliz por esa casualidad no buscada.

Por eso, si algún lector de Orsai (http://orsai.es página del autor) con oficio degenerado es habitual de estas páginas y ha llegado hasta aquí, debe saber que me da asco tener lectores espurios. Si tuviera lectores de esta clase, les pido que se vayan a otra parte, que no comenten, que nos dejen en paz. Es posible que el mundo esté lleno de gente de mierda, es posible que no podamos hacer nada para evitarlo; pero en mi casa, en mi vida, en mis historias, somos todos inocentes aunque se demuestre lo contrario.

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¿Quién es el autor?
Hernán Casciari nació en Mercedes (Provincia de Buenos Aires, en Argentina), el 16 de marzo de 1971. Es un escritor y periodista argentino. Se le conoce por su trabajo por la unión entre literatura y weblog, destacado en la blogonovela.
Recibió el 1º Premio de Novela en la Bienal de Arte de Buenos Aires (1991), con la obra 'Subir de espaldas la vida', y el premio Juan Rulfo (París, 1998), con 'Nosotros lavamos nuestra ropa sucia'. Desde el año 2000 está radicado en
Barcelona. En Argentina había trabajado como jefe de redacción de la revista La Ventana, columnista en el Semanario Protagonistas y director del periódico El Domingo.
Su obra más conocida en la red, Weblog de una mujer gorda (ganadora del concurso de weblogs de la cadena alemana
Deutsche Welle [1]), ha sido editada en papel, con el título Más respeto, que soy tu madre (Plaza & Janés). También fue el artífice de "El diario de Letizia Ortiz", contando los primeros meses de la vida de Letizia Ortiz en primera persona desde el anuncio de su compromiso con el heredero de la Corona de España.
En 2005 puso voz en Internet al protagonista de la serie de TV 'Mi querido Klikowsky'. A fines del mes de septiembre de 2006 se publicó en la Argentina y otros países de habla hispana su novela "Diario de una mujer gorda", por parte de Editorial Sudamericana. En septiembre de 2007 publicó su segundo libro, 'España, perdiste', editado bajo el sello Plaza & Janés.
En 2007 inicia un nuevo blog sobre series de televisión en la edición digital del diario
El País.
Actualmente colabora en el Programa
La Ventana (Cadena SER) junto con María Guerra y Javier Gallego los martes de 16.00 a 17.00 H

Más textos de Casciari en: http://orsai.es/
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Quizás aquellas personas que han estudiando o, como yo, están estudiando Derecho, deberíamos sentirnos ... ofendidas? por este texto. Yo lo encontré muy gracioso y suspicaz, creo que Hernán Casciari tiene una facilidad enorme de decir las cosas que un montón de gente piensa, si bien a veces es un poquito duro (especialmente con los abogados y con los gallegos, jaja).
Yo sólo espero que la gente no se contagie de las ideas que transmite el texto, porque si mis expectativas son correctas, en menos de 5 años voy a estar saliendo de la UNR con el diplomita en la mano, y la pulcra toga... Y si hay una jaula esperando por mí, más vale salgo por la puerta trasera, no?
Es que como escuché alguna vez: los abogados, son un mal necesario ... Jaja.


Nai.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

una vez mas me veo olbigado a fimar en tu -odio decirlo- muy buen blog... la verdad qe a mi no me ofendio, es la verdad.. algunas veces vamos a defender gente inocente.. y otras vamos a mentir y manipular la verdad por clientes culpables qe tocan a nuestra puerta... pero cuando empezamos a estudiar derecho todos sabiamos qe iba a ser asi...
bueno me despido nai...
qe andes de mil.. suerte

Anónimo dijo...

GONZALO
Cuando salgas vas a cagar a la mayor cantidad de gente posible, SABELO!, vas a perseguir el bien? defender a los inocentes? jajajaja NUNCA eso es tan solo una utopia que tenemos los jovenes de que vamos a contribuir con bondad a esta maldita sociedad, pero ...... sabes que? vamos a poner NUESTRO bienestar y el de nuestra familia por encima de CUALQUIER inocente.

Vamos a los trabajos "honrados"? el panadero a quien le da el pan? AL QUE LO PAGUE! le importa al panadero que su cliente sea violador asesino chanta o cualquiera de los "males" que se te ocurra? NOOOOOO lo unico que le interesa es que LE PAGUE, con los abogados es lo mismo!, no importa quien es su cliente siempre y cuando PAGUE! :D, eso es lo bello de nuestra sociedad :D.

100butacas ... dijo...

que falta de ética y de esperanzas en ntra society ... :p
Yo todavía tengo la esperanza de constyruiír un país sin mentiras.. Hay algunas personas (la minoría , sí) que estdia Derecho no solo por la plata, sino para la construcción de un lugar mejor desde las leyes...

Quizás mi pensamiento cambie con el tiempo y el correr de la carrera xD Pero por ahora es lo que pienso... (ademas de que no pienso ser abogada penalista).

Mr. Z dijo...

Cambiemosle la cara a esas carreras, los abogados y los politicos van a ser diferentes en el futuro :D